Huella de carbono como ventaja competitiva para las empresas.
La mitigación de los efectos provocados por el cambio climático es unos de los mayores retos a afrontar en el ámbito global por parte de las naciones, gobiernos, empresas y organizaciones en las próximas décadas.
No sólo las actividades reguladas según previsto en nuestro sistema jurídico (sector Energético – Eléctrico y Refino -, sector siderúrgico, sector aviación y algunas actividades industriales – cementeras, fabricación de vidrio y cerámica, y fabricación de papel y cartón -) son fuentes de emisión de gases de efecto invernadero (GEI). De hecho, se estima que las emisiones del sector difuso representan un 55% del total. Por ello se han establecido diversos sistemas de compromisos voluntarios de reducción de GEI. Así, se ha desarrollado en España el Sistema de Compromisos Voluntarios de Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que forma parte del Plan de Medidas Urgentes de la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia, Horizonte 2007-2012-2020, sobre medidas de lucha contra el cambio climático. El objetivo del Plan de Medidas Urgentes es reducir las emisiones procedentes de los sectores difusos a través de la puesta en marcha, de iniciativas que consigan en su conjunto, reducciones estimadas de 12,091 Mt CO2 eq.al año (60, 454 Mt CO2 eq en el quinquenio 2008-2012). Algunos ejemplos de estas iniciativas son el “Compromiso por el Clima” impulsado a nivel estatal o los “Aco2rds Voluntaris”, “Estrategia Aragonesa por el Cambio Climático y Energías Limpias”, impulsadas por las oficinas de Cambio Climático de las administraciones catalana, aragonesa y vasca, respectivamente.
No se puede actuar sobre lo que no se mide: concepto de Huella de Carbono
Lógicamente, la voluntad de reducción de GEI supone una etapa previa de medición de las emisiones. Así, para conocer el impacto medioambiental asociado a cambio climático provocado por el desarrollo de la actividad propia de la organización o bien de la producción de bienes, es fundamental el cálculo de la Huella de Carbono, que consiste en la contabilización de todas las emisiones de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento, proceso industrial, producto… medido en unidades de CO2eq a lo largo de todo su ciclo de vida. Bajo este prisma, la huella de carbono representa una medida para la contribución de las organizaciones a ser entidades socialmente responsables y un elemento más de concienciación. De hecho, a largo plazo se espera que el uso de este ecoindicador esté tan extendido que será una herramienta sin la cual no se podrá competir. En el corto plazo, aquellas empresas que implanten en sus productos la medición de huella de carbono obtendrán una ventaja competitiva clave frente a sus competidores.
Etiquetado de carbono en España
A nivel nacional, cabe resaltar la iniciativa de la Asociación de Empresarios Productores Ecológicos de Andalucía (EPEA), apoyada por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, que ha puesto en marcha un proyecto para medir y verificar la Huella de Carbono de los productos agroalimentarios a lo largo del ciclo de vida del producto, desde la adquisición de las materias primas hasta su gestión como residuo. Esta iniciativa está orientada tanto a los productores como a los consumidores, para que conozcan cuál es la contribución de un determinado producto al cambio climático (etiquetado de carbono en los productos). Además, las empresas miembros de EPEA se comprometen a implementar medidas de reducción de las emisiones de GEI, a través de este programa.
Hasta fecha este proyecto se ha implementado en tres productos pilotos elegidos: el aceite de oliva extra virgen, el vino Pedro Ximénez y los tomates cherry. Para sus necesidades, se adaptó y complementó la metodología PAS 2050 del Carbon Trust.
Ventajas / Factores motivantes de cálculo
Algunas de las ventajas asociadas al cálculo de la huella de carbono son:
En definitiva, la determinación de la Huella de Carbono, es el primer paso para establecer planes de acción con el fin de minimizar el impacto ambiental generado por las actividades productivas de una empresa y su cadena de suministro, así como de las propias de su organización. De esta manera, las compañías pueden afrontar y responder eficazmente a las exigencias presentes y futuras, obteniendo ventajas competitivas en un mercado globalizado marcado por la conciencia “verde”.
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