¿Cuál es el mejor envase?… Inocente pregunta, en apariencia, que requiere una reflexión previa para dar con una respuesta lo más acertada posible. Nada mejor para explicarme que un buen ejemplo que ha inspirado este post durante mis recientes vacaciones: el pimiento en polvo de Espelette, producto emblemático de la región del País Vasco Francés.
A simple vista estamos comparando el mismo producto envasado en dos alternativas diferentes:
(i) bolsa de plástico transparente vs (ii) tarro de vidrio.
En este ejemplo concreto, ¿cuál es el mejor envase?… Aunque seguro que nuestro subconsciente nos lanza a una rápida respuesta, ésta no es tan directa.
Consideremos también los siguientes datos:
(i) bolsa de plástico de 250g á 21 €/Kg; (ii) tarro de vidrio de 45g á 100 €/Kg.
¿Cuál es ahora el mejor envase?… La respuesta ya no es tan obvia, seguramente con estos datos adicionales nos preguntamos si el sistema de envase está aportando el valor añadido de más que pagamos para la alternativa en vidrio. ¿Cuáles son estos valores?:
Estética/Marca: el tarro de vidrio proporciona una imagen de mayor calidad que la bolsa de plástico, aún envasando el mismo producto. Además desde el punto de vista medioambiental, el consumidor valora positivamente el vidrio por la facilidad de separación, reciclaje y reutilización.
Comunicación: todo es cuestión de etiqueta, pero resulta obvio que el tarro de vidrio permite un facing más atractivo y que da mayor fuerza a la comunicación. De hecho en la bolsa de plástico sólo se incluye la información obligatoria para la identificación de producto, sin entrar en otros aspectos voluntarios que ayudan a “explicar” el producto y potenciar la marca.
Usabilidad: el sistema de cierre del tarro de vidrio permite un uso más práctico del producto que la bolsa de plástico.
Protección de producto: el vidrio proporciona una barrera que mantiene las características organolépticas y las aísla de elementos externos durante mayor tiempo que el plástico utilizado en esta bolsa. Eso sí, mientras el tarro no se rompa, ni se perfore la bolsa.
… por mencionar algunos de los más obvios.
Así, ¿estos valores justifican la diferencia de precio reportada?… Lo cierto es que no todo es visible a los ojos del consumidor, desde el punto de vista del envasador también conviene destacar el coste asociado al material de envase, al sistema de envasado/cerrado (muy simple en los dos casos), el coste logístico… aspectos todos ellos favorables a la alternativa en bolsa de plástico.
Por tanto, ¿cuál es el mejor envase? En este caso, ambas alternativas son válidas y la respuesta depende del uso previsto por el consumidor y de cuál satisface mejor sus expectativas. Sin lugar a dudas la tienda “gourmet” sería un buen escaparate para el producto en tarro de vidrio, mientras que el canal hostelería o gran distribución permitiría la introducción del producto en restauración.
¿Conclusiones? Conozca bien al consumidor para escoger el envase que garantice la aceptación del producto y las previsiones de ventas (funciones comunicación, usabilidad…) sin olvidar las fases de industrialización y transporte para garantizar la sostenibilidad económica y medioambiental de la propuesta.
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